Acá debería ir un título poderoso, algo como:

“Empezá hoy a vender más con textos que enamoran y convertí a desconocidos en clientes leales”

Pero mejor, no.

En realidad no necesitás enamorar ni convencer a nadie. 

Lo único que necesitás es que la próxima vez que un posible cliente entre a tu web o a tus redes sociales consigas retenerlo por más de 5 segundos. 

Eso se llama lograr una buena impresión. 

Te voy a ser sincera, dudo que alguien te compre gracias a una buena primera impresión. 

Hay que aceptarlo. De todas maneras se irán. 

Solo si lograste que te recuerden, volverán. 

Si vuelven, te van a comparar, van a evaluar comentarios, buscarán opciones, darán vueltas sobre tus productos o servicios. 

Te voy a ser sincera de nuevo, una simple notificación de Instagram o WhatsApp puede hacer que se olviden de tu marca en un segundo. 

Es lo que hay. 

En internet estamos todos compitiendo por lo mismo: atención. Y los  números de la tarjeta de crédito, por supuesto.

Y la competencia es feroz. Los videos de gatitos no tendrán piedad en quitarte a tu potencial cliente de las manos.

Lo cierto es que las personas andan en piloto automático saltando de mensaje en mensaje sin siquiera leerlo. 

¿Sabés por qué? Porque todos los mensajes son iguales. Dicen lo mismo que su competencia y lo mismo que otra empresa de otro sector.

 

En internet hay demasiadas marcas sabor vainilla.

 

Y este es un lujo que ya no nos podemos permitir: pasar desapercibidos.

Todos sabemos que la comunicación de una marca no es barata

Todo ese dinero invertido en diseño, imagen, desarrollo web, posicionamiento en Google y redes sociales, todo tirado a la basura, porque simplemente tiene un sabor vainilla, que queda bien con todos, que no incomoda, que es “correcto” y que a todos le da igual si está o no.

 

Pero vender en internet es mucho más simple de lo que todos creen, solo hacen falta 3 ingredientes fundamentales para que eso suceda:

Tener un producto o servicio de calidad. Por favor, no pierdas tu tiempo en vender humo.

Tener un público dispuesto a comprar. Y cuanto más lo conozcas, mejor. 

Hacer una buena comunicación que una a ambos. En esto te puedo ayudar.

 

 Una buena comunicación que funcione como un puente.

Te preguntarás qué hago.

Hago marketing, copywriting e identidad verbal con el objetivo de que tus ventas crezcan.

¡Esperá! no googlees todavía, te lo explico.

El copywriting es escritura persuasiva. 

Atención a esto: persuadir, no convencer. 

Jamás perdería mi tiempo tratando de convencer a un adulto. El copywriting es escribir usando técnicas de persuasión para que las personas decidan por sí mismas que quieren comprarte. 

Identidad verbal es llevar toda comunicación de marca en coherencia. Que tu mensaje sea consistente en todos los medios en que te contactás con tus clientes. Básicamente es como un manual de identidad visual que hacen los diseñadores pero aplicado al mensaje con palabras.

Todo suena muy bonito. Quizás pueda ayudar a tu marca, quizás no. 

Tengo 21 mails, no me atrevo a llamarlos “lecciones” ni “consejos”. Son mails que envío durante 21 días contando cómo el marketing, el copywriting y la identidad verbal bien aplicadas pueden mejorar tu negocio digital.

Si te animás, me dejás tu mail y te los mando durante 21 días. 

¿Por qué 21 días?

Oh, es un gran misterio que develaré en el mail 21.

Mails útiles como las lentejas, que si quieres las tomas y si no, las dejas.


Spoiler1: No te voy a cambiar la vida ni te vas a hacer millonario por leerlos. 

Spoiler2: Puede ser que llegando al mail 21 te den ganas de contratarme.