Emosido engañado
A ver los de atrás, ¿quieren compartir con el resto de la clase? así nos reímos todos.
Página web llena de info, videos y tal. Con un menú que solo entiende su creador.
El logo que se vea bien grande. No, así no, un poco más grande, ¿se puede?.
Dossier corporativo en powerpoint donde hablemos de la empresa.
Quichicientos años como líderes en el sector.
Orientado a solucionar todas las necesidades de los clientes, por supuesto.
Y fotos de las instalaciones, ay pero que bonitas, un poco grises.
Con un equipo interdisciplinario, obvio.
¿Tenemos fotos del equipo? ¿Y si ponemos una foto de stock de todas manitos juntas?, ¿o mejor ponemos una que sale a un asiático, un afroamericano, un latino, todos muy guapos y sonrientes?
Queremos que conozcan nuestra marca, hablemos de nosotros y de nosotros y un poco más de nosotros. Para que queden claras nuestras misión, visión y sarasa. (en serio, si se detienen a leer las misiones y visiones van a encontrar hasta errores de ortografía que nadie jamás vió, porque nadie jamás las leyó).
Links a redes sociales.
¿A Cuáles? A todas.
Pero con una imagen sofisticada, nada de controversias, no vaya a ser que alguien se ofenda. Fundamental, tener seguidores. Hasta que tengamos los propios compremos algunos, es una cuestión de imagen. Cuentas de 10 mil seguidores que consiguen 3 likes por publicación (que ponen los del departamento de marketing).
Mejoremos la experiencia de usuario. Pongamos un botón de whatsapp o un asistente virtual así se agiliza el trato con el futuro cliente. Luego le pondremos un menú automático. Si necesita saber si incluyeron algo especial en su envío, va a dar vueltas por todo el menú de respuestas predeterminadas durante una hora, y seguramente encontrará su respuesta.
O que escriban al email de contacto, quizás algún día, dentro de un año o dos, tenga respuesta.
Uh, temporada de rebajas, rebajemos los precios, pero sólo para clientes nuevos. Para nuestros clientes que confiaron en nosotros antes, mejor dejemos los precios altos, total igual son fieles.
Mejoremos nuestro branding, busquemos a influencers que nos mencionen. ¿Pero cuál elegir? Uno con muchos seguidores, obvio. ¿Que si nuestro cliente sigue a ese influencer?, no se. La hija de algún gerente lo conoce.
Emails, ¿emails? ¿todavía hay gente que manda emails? Mejor no, no nos gusta invadir a la gente, nadie lee los mails ya. Aunque pensándolo bien, mejor hagamos una newsletter llena de imágenes y contémosle a la gente las novedades super interesantes (siempre buenas, nunca no buenas) de nuestra empresa, y también cuando hacemos descuentos, muchos descuentos.
Creemos una tienda en Instagram y en Facebook: foto, precio, características, foto, precio, características. Hermoso.
¿Que nuestras redes son muy aburridas? Pongamos a los empleados a hacer bailecitos. ¡Un boom!
Lamento decirte que has sido engañado por marketing vendehumo de la más baja calidad. Pero no pasa nada, sé que tu intención era la mejor.
Nos hicieron creer que en internet todos podíamos estar, que todo era gratis y que cualquiera puede manejar las herramientas y aplicaciones.
Que no necesitamos un diseñador para tener una imagen visual decente.
Que cualquiera “con un poco de idea” puede manejar las redes sociales.
Que hacer publicidad en internet se aprende con tutoriales gratis en una tarde.
Que cualquiera con conocimientos básicos crea una tienda online.
Que una página web se posiciona incluyendo algunas palabras claves.
Que para que Instagram te muestre solo tenés que hacer lo que quiere el algoritmo.
Y es cierto que las herramientas digitales están al alcance de muchos y todos pueden “ejecutarlas” pero si se hace sin saber el mensaje que se quiere transmitir… es dinero tirado.
Aprender a conectar con tu audiencia tiene que ver con llevarlo al lugar donde él quiere estar.
No podés transmitir tu personalidad de marca, ni un mensaje persuasivo con un tutorial gratuito ni con una “check list de los 10 componentes que tiene que tener un mensaje”.
Tiene que ver con persuasión, con estrategia de precios, con conocer al cliente ideal y en qué fase está para poder conectar con él, con generar tensión de venta, con identificarse con una narrativa propia y valores de marca que sean tan únicos que la competencia no los pueda (ni quiera) replicar.
De todo eso hablo en mis 21 mails. Si te sirve, dejame tu mail. Es gratis.